Por Miguel Santana - Prensa Centro Hispano
Dos años atrás, en la vida de Carlitos solo había espacio para pensar en ser campeón vistiendo la camisa del Aragua Fútbol Club, su escuadra de corazón y a la que defendía como a su principal razón. Dos veces el título de monarcas en la Serie Nacional se hizo esquivo, primero contra Atlético Venezuela y luego ante Zulia. Estar tan cerca y conformarse apenas con el protagonismo de la última instancia le hizo replantearse varias cosas e ir a la caza de nuevos aires. Centro Hispano de Aragua le abrió las puertas para que pudiera debutar como profesional en Tercera División, categoría en la que demostró estar para grandes momentos.
Mientras se esforzaba sobre el césped para sudar el escudo del combinado aragüeño, en su mente una inquietud le invitó a asumir nuevos roles. Preparar físicamente a quienes serán grandes profesionales del mañana suponía una primera tarea a cumplir, pero aquello resultó ser su verdadera pasión, por lo que ahora diariamente se prepara pensando en ser un preparador físico reconocido, teniendo por delante todo un camino que espera recorrer almacenando alegrías.
“Como jugador viví cosas que nunca olvidaré, porque las grandes amistades que tengo y hasta mi relación actual se las debo al fútbol, pero llega un momento en la vida en el que uno comienza a tener prioridades y estando en el tramo final de mi carrera como profesor de Educación Física en la UPEL, decidí trabajar como preparador físico y colgar los botines”, aseveró Ochoa.
“Inicio este camino con la firme convicción de pronto trabajar con un equipo de Primera División. Sé que la oportunidad se va a dar más adelante, por lo que quiero prepararme bien desde categorías inferiores. El Centro Hispano para mí ha significado mucho en ese sentido, porque aquí comienza este camino”, continuó.
Uno de los principales responsables en promover el cambio de jugador a preparador físico en la vida de Carlos Ochoa fue alguien quien lleva idéntico nombre, pero no tiene ningún parentesco. Ambos se conocieron en la Universidad Central de Venezuela Núcleo Aragua, para luego verse las caras otra vez en el club social con sede en Turmero. Uno fue maestro del otro, invitándole en ocasiones a formar parte del equipo de trabajo para inculcarle conocimientos relacionados a la materia. Todo ello supuso el descubrimiento de esta faceta.
“Le debo mucho al profesor Carlos Ochoa y esto lo estoy haciendo gracias a él. Su aporte ha sido fundamental en mi vida, porque siempre estuvo ahí, apoyándome e incentivándome para dar este paso en mi carrera”, confesó.
Diseñador en horas de inspiración
Fuera del campo, el joven Ochoa deja de diseñar una estrategia certera para ganar y le abre paso al Diseño Gráfico como actividad favorita en horas de inspiración, por lo que estar detrás de una computadora suele ser algo habitual.
“Es una pasión especial para momentos de desahogo. Me gusta ser creativo e innovarme constantemente. Siempre estoy haciendo cosas nuevas y en ese mundo también he conocido a personas quienes con el tiempo se han transformado en grandes amigos”, explicó el aragüeño, quien en con el devenir de los acontecimientos asumirá nuevas responsabilidades en procura de demostrar la valía de una decisión que cambió el curso del destino para siempre.
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